Nuestra historia no es muy distinta a la de otros jóvenes emprendedores que, siendo extranjeros en un país ajeno, decidieron apostar por sus sueños y dar lo mejor de sí mismos para hacerlos realidad.

El inicio fue cuesta arriba: enfrentamos el choque cultural, la falta de educación financiera y los desafíos propios de emprender. Pero, como en toda historia en la que la ambición y las ganas de avanzar son las protagonistas, seguimos adelante.

Comenzamos trabajando arduamente para conseguir nuestros primeros clientes. Renunciamos a planes, dedicamos horas a aprender, a crear contenido para nuestras redes y a captar más clientes. Paso a paso, nos ganamos la confianza de quienes nos eligieron, hasta que empezaron a recomendarnos. Eso nos permitió crecer.

Nuestra historia no es mejor que la tuya; simplemente es una más, llena de tropiezos que nos han enseñado a levantarnos con más fuerza cada vez.

Hoy, nuestra agencia sigue creciendo, y lo hará mientras mantengamos vivas las ganas de seguir adelante. Porque, al final, eso lo es todo.